Hoy en día hay 7 000 millones de
personas que alimentar en el planeta y se prevé que habrá otros 2 000 millones para el año 2050. Las estadísticas
indican que todas las personas beben de 2 a 4 litros de agua a diario, sin
embargo, la mayor parte del agua que 'bebemos' está incorporada en los
alimentos que consumimos: producir 1 kilo de carne de vacuno, por ejemplo,
consume 15 000 litros de agua, y 1 kilo de trigo se 'bebe' 1 500 litros.
Cuando mil millones de personas
en el mundo ya viven en condiciones de
hambre crónica y los recursos hídricos sufren presiones, no se puede
hacer como si el problema estuviera 'en otra parte'. Afrontar el crecimiento de la población y garantizar
el acceso a alimentos nutritivos para todos exige una serie de medidas a las
que todos podemos contribuir con lo siguiente:
- Consumir productos que hagan un uso menos intensivo de agua.
- Reducir el escandaloso desperdicio de alimentos; nunca se consume el 30% de los alimentos producidos en todo el mundo y el agua utilizada para producirlos se pierde definitivamente.
- Producir más alimentos, de mejor calidad, con menos agua.
- Llevar una alimentación saludable.
En todas las etapas de la cadena
de suministro, desde los productores hasta los consumidores, es posible tomar
medidas para ahorrar agua y asegurar que haya alimentos para todos.